Ya os hemos contado cuándo es mejor ducharse, si por la mañana o por la noche. Sin embargo, otra discrepancia que existe en el cuarto de baño a la hora de asearse es decidir entre baño o ducha.
Desde Esylma nos preocupamos por la belleza, el bienestar y la salud de vuestra piel. Hoy os contamos qué diferencias existen entre ducharnos y bañarnos, cuál es la mejor opción y cómo cuidar la piel.
¿Qué diferencias existen entre el baño y la ducha?
El baño y la ducha son dos tipos de formas de higiene corporal que en muchas casas aún conviven. Elegir uno u otro depende en muchos casos de nuestra actividad, tiempo disponible y efectos que queramos recibir.
Por ejemplo, solemos tomar un baño cuando tenemos tiempo y además de limpiarnos deseamos tener un momento de relax. Por otra parte, aunque podemos tomar una ducha en cualquier momento, este tipo de limpieza corporal se relaciona a un sentido más práctico, siendo más rápida.
Además, según una investigación de The Atlantic[1], la decisión de tomar baño o ducha también depende del clima y del ámbito geográfico, ya que mientras los países del norte optan por dos o tres baños a la semana, los del sur, optan por duchas diarias.
Qué es mejor ¿baño o ducha?
Aunque no lo parezca, llenar hasta arriba la bañera tres veces a la semana es más sostenible y barato que ducharse una vez al día. Sin embargo, más allá de sus efectos económicos, la ducha es más beneficiosa que el baño para la salud cutánea.
El baño ofrece una hidratación uniforme de la piel y no genera irritaciones. Respeta mejor el manto lipídico de la piel y promueve una correcta renovación dérmica (para la cual debemos estar al menos 20 minutos en el agua).
Sin embargo, la ducha tiene los siguientes beneficios:
- Las duchas son más limpias, ya que distribuyen el agua por el cuerpo, y el agua sucia se elimina de forma continua por el desagüe.
- Los hongos y la bacteria pseudomonas Aeruginosa tienen como medio el agua. El cloro los elimina, pero si estamos dentro del agua mucho tiempo, como en el baño, este se evapora y podemos estar expuestos a infecciones. Esto se minimiza en las duchas.
- Las duchas exponen al cuerpo a menos cantidad de agua, lo que agrede menos la capa lipídica de la piel. Sin embargo, es importante tener en cuenta que a veces esto se produce por el uso de productos agresivos, como ciertos jabones.
- Las duchas favorecen la buena circulación sanguínea, lo que es beneficioso para la piel.
¿Cómo podemos cuidar nuestra piel a la hora de limpiarla?
Como veis, la ducha no solo es un método rápido y práctico para ofrecer a nuestra piel la higiene que precisa, sino para cuidarla mejor.
Además de optar por la ducha frente al baño, es imprescindible que evitemos ciertas actuaciones que pueden desprotegerla tales como:
- Tomar duchas de agua caliente.
- Ducharse más de una vez al día.
- Utilizar productos de higiene con ingredientes agresivos o que no cuidan del pH cutáneo.
En Esylma nos preocupamos por la higiene y por la salud de la piel, así como por vuestro bienestar. Por ello, nuestras fórmulas son naturales y respetuosas con vuestras necesidades.
Algunos ejemplos son nuestros mousses de ducha de flor de té y de flor de cerezo. Con ellos no únicamente limpiaréis y mimaréis vuestra piel, sino que también os mimaréis a vosotros mismos, disfrutando de una agradable experiencia sensorial.
Ahora ya sabéis más sobre qué es mejor, baño o ducha, y qué tener en cuenta para cuidar de la piel. Si precisáis más información, os invitamos a conocer nuestro universo Higiene corporal.